martes, 17 de marzo de 2009

Ha sido un honor.... Maestro

Hace mucho que no actualizo mi blog, la falta de tiempo y por supuesto la pereza han sido los malhechores. Pero hoy, he guardado en una caja la pereza, he sacado cinco minutos de tiempo que se los he quitado al sueño y escribiré unas líneas como homenaje a un Maestro, el resto se lo dejo a él (es un reto que le he marcado).

Empezó con trece años su andadura laboral y en este mes de Marzo con setenta se jubila, lleno de vida, y con las mismas ganas que tenia ese chaval larguirucho y flaco de trece años, que engaño a su primer jefe, diciéndole que tenia catorce ( la edad legal) para que le permitiera trabajar como chico de los recados; que poco a poco, con un entusiasmo, que tengo el honor de conocer, creció profesionalmente hasta, convertirse en lo que es hoy, un maestro, un conocedor, un sabedor y un aprendiz a la vez del negocio de la moda, del producto, de las marcas y de todos los vericuetos de este mundillo, en todos los segmentos de edad y sexo.

Cuando yo empecé a desarrollarme profesionalmente era muy joven, tuve la suerte de asistir a muchas de sus presentaciones de producto. Os contare la habilidad con la que destruía el orden impoluto de una colección que horas antes, estilistas y diseñadores, habían ordenado meticulosamente para impresionar a los asistentes. Dejando caer las prendas sobre el suelo, haciéndonos imaginar al destinatario final del producto sobre un mundo real, con actividades reales, no con imágenes estáticas de escaparates sino dinámicas, destinatarios finales descamisados, despeinados, que combinaban las prendas a su antojo. El caos siempre estaba asegurado.

Yo, con la inexperiencia y falta de conocimientos que te da la juventud, boquiabierta, me introducía en sus historias, como si de un libro de aventuras se tratara, descubriendo lo que significaba este negocio de ilusión y atención que he intentado e intento trasmitir al equipo que me rodea.

Hoy, hemos compartido una Coca– Cola, como en muchas ocasiones, pero hoy, le he dicho que tiene mucho que contar, que lo haga a través de un Blog o de un libro. Le he pedido que además de narrar el millón de anécdotas que tiene para relatar, que nos permita a las generaciones que nos quedamos, seguir aprendiendo de él, que se convierta en un Leopoldo Abadía (otro maestro), pero de la moda, que este negocio no puede prescindir de su sapiencia, que en estos momentos de crisis que atravesamos, hace falta alguien que trasmita entusiasmo, ganas por hacer, por renovar, por innovar, por revolucionar, por creer en lo que se hace, por arriesgar y por aprender.

No me quiero extender mas de lo que debo, porque la extensión escrita de sus vivencias y conocimientos las debe decidir él; además, ahora, va a tener tiempo, palabra que no ha conocido en todos estos años.

Por ultimo, esta tarde, cuando compartíamos una Coca- Cola, le he dicho que su vida a partir de ahora cambia, que durante estos años ha sido egoísta con su familia, sobretodo con Fina, que durante todo este tiempo, cuarenta y ocho años, creo, se ha amoldado a sus necesidades, que ha dirigido y llevado a la perfección su casa, la casa donde él dormía, que ahora, aunque el conocimiento mutuo como pareja es infinito, comienza una nueva etapa, una etapa de noviazgo, de cortejo, como le he dicho “ahora tienes que pensar que te has echado una novieta a la que tienes que conquistar, antes tenias una esposa que esperaba paciente y eternamente tu llegada o tu llamada, ahora esa etapa ha finalizado y comienza otra en la que la convivencia será de veinticuatro horas, cuídala, mimala, hazlo, se lo ha ganado”.

Supongo, como es habitual, que te regalaran en tu despedida algo material, que resumirá en un solo artículo los años dedicados a la empresa. Por mi parte, este es mi regalo, un artículo no material, pero si que quiere trasmitir a quien lo lea el aprecio personal y la admiración profesional que durante todos estos años y los que quedan siento por ti.

Un beso muy fuerte Maestro Emiliano y otro para ti, Fina.